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Una balacera ocurrida el viernes último en las calles de San Isidro, tras el intento de robo a un cambista y el posterior arresto de uno de los hampones, ha puesto de manifiesto, una vez más, la clase de Poder Judicial que tenemos, pues el detenido se encontraba con arresto domiciliario a pesar de su altísimo grado de peligrosidad.

Se trata de Luis Donayre Flores (25), alias “Pato Ciego”, quien pese a su benevolente arresto domiciliario dictado por uno de nuestros jueces, salió a robar a las calles con armas de fuego, al lado de otros maleantes. Sí, el sujeto que debería estar en un penal de máxima seguridad, se daba el lujo de hacer lo que le daba la gana gracias al Poder Judicial.

Parece que al magistrado que vio su caso no le importó que este personaje esté acusado de ser uno de los sicarios de la temible banda “Barrio King”, encabezada por el hampón chalaco Gerson Calle Gálvez, alias “Caracol”. ¿Ineficiencia?, ¿corrupción?, ¿qué pasó acá? ¿Por qué la justicia actuó a favor del hampón y en contra de millones de peruanos?

Con un Poder Judicial que actúa en favor del delito no vamos a ninguna parte, pues ni la Policía más eficiente del mundo podrá parar los crímenes si más tarde los detenidos van a ser tratados con guantes de seda, tal como ha ocurrido con “Pato ciego”.

¿Qué dirá el presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez? ¿Defenderá la “autonomía” de sus muchachos? ¿Dirá que los jueces no tienen la culpa y pedirá al Congreso una nueva legislación para meter preso a un criminal, como el detenido en San Isidro, cuando leyes tenemos de sobra?