Pensar en grande.

Los planes de un político de verdad deben ir mucho más allá de solucionar los problemas de tránsito e inseguridad. Un líder o lideresa debe ser capaz de compartir sus sueños y conquistar a los electores para hacerlos realidad.

Las metas tienen que ser ambiciosas: construir la mejor comunidad del mundo o hacer realidad una ciudad ejemplar. La salud, la cultura, el arte, el deporte y el entretenimiento no pueden quedar de lado en los planes de quienes desean representar a una comunidad. Es importante revisar en detalle los planes de gobierno para saber si realmente todos esos aspectos están realmente contemplados.

Comprender lo que piensan los vecinos de cada uno de los sectores de las grandes ciudades, así como lo que encuentran importante, resulta clave para poder conectar con ellos. En ese sentido, el punto de partida de toda campaña exitosa debe ser descubrir ese sentir y pensar.

Soy de los que creen que estas elecciones municipales y regionales nos presentan una excelente oportunidad de demostrar que la política se puede hacer bien y que los electores pueden votar responsablemente. Pienso que así como existe un Gastón Acurio que nos demostró lo que la gastronomía peruana es capaz de lograr cuando existe mística y pasión, estoy seguro de que es posible hacer política de forma en la que nos sintamos orgullosos de nuestros representantes.

Exijamos a todos los participantes en esta contienda total transparencia y demostremos que la democracia sí puede funcionar.