La revisión del sistema previsional peruano es una necesidad imperiosa y debemos recordar que venimos de pensiones ridículas del IPSS, quebrado por gobiernos que dilapidaron el dinero público.
Hoy tenemos dos sistemas distintos: el sistema público manejado por la ONP y el sistema privado, las AFP supervisadas por la SBS.
El sistema público otorga pensión mínima (S/.450) y máxima (S/.857), pero solo si se aporta 20 años; si no, no habrá pensión. Los fondos no están individualizados y la comisión que paga el afiliado es 13%.
En el sistema privado, todos tienen una cuenta individual con sus aportes y al jubilarse retiran lo que aportaron, más los intereses. La comisión del afiliado es de 11%.
Dicen que las AFP hacen lo que quieren, pero la SBS las regula estrictamente. Se sostiene que las AFP hacen utilidad y que los fondos de los jubilados no siempre ganan. La rentabilidad de los fondos privados en promedio, en el acumulado de los 20 años, fue 12.7%, mucho mayor que la rentabilidad de cualquier depósito y hasta negocio.
Contar con una pensión es vital y también con un seguro médico. Si se retira el 95% del fondo, que en cualquier caso debería ser por igual para los jubilados de la ONP, algunos se lo gastarán, otros lo invertirán, pero seguramente la rentabilidad de las AFP seguirá siendo mayor.
Las pensiones son de mayor importancia. Deben ser analizadas seriamente y compartidas con la población. El peor momento para discutir sistemas previsionales es en campaña. Algunos la usarán para réditos políticos.
En el Reino Unido, Chile y España se formaron comisiones de trabajo que evaluaron técnicamente los sistemas previsionales y plantearon reformas teniendo en mente el bienestar del pensionista. ¡Esa sí sería una buena propuesta!