Desde ayer por la tarde el golpista Pedro Castillo, con la ratificación de sus 18 meses de prisión preventiva por parte de la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, debería estar ya convencido de que van a pasar muchos años antes que vea la luz de la libertad, por más que dé discursos de política barata en las audiencias, se victimice, tire barro y recurra a amigos como los presidentes de países como México y Colombia.

De nada han valido tampoco las movilizaciones que ha estado azuzando gente, incluso congresistas, que en su momento tendrá que responder ante la justicia. Lamentablemente estas acciones han costado muchas vidas de peruanos. Sin embargo, eso no ha impedido que la justicia actúe y el golpista siga encerrado en prisión mientras se le investiga por los graves delitos cometidos al mediodía del 7 de diciembre último.

Ojo que la crítica situación judicial que afronta el profesor chotano se debe solo al golpe de Estado, sin tener en cuenta que en su momento también tendrá que responder por los casos de corrupción que estaban abiertos desde mucho antes. Está lo sucedido en Petroperú, los ascensos pagados en la Policía Nacional y otras situaciones que son parte de la vergüenza que hemos tenido que pasar los peruanos al haber tenido de gobernante al hoy presidiario.

Bien por el Poder Judicial por mantener tras las rejas a Castillo. Sin embargo, no se puede decir lo mismo respecto a la resolución que ha favorecido a Aníbal Torres con una benevolente comparecencia restringida, cuando está claro que este sujeto que ahora funge de profesor en San Marcos y se muestra como abuelito enfermo, fue el “cerebro”, por decirlo de alguna manera, de la pateadura a la Constitución dada por el entonces jefe de Estado.

En buena hora que la sala que ha decidido mantener en prisión a Castillo haya estado presidida por el juez supremo César San Martín, el mismo que años atrás dictó condena a Alberto Fujimori, como para que ninguna de las viudas del profesor salga ahora a decir que su “amauta” es víctima del fujimorismo y cosas por el estilo. El profesor está preso por golpista y con toda seguridad luego será condenado por corrupción. Le esperan muchos años de cárcel. Acéptenlo.

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