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La justicia tarda pero llega, reza un dicho que puede aplicarse a nuestra realidad, debido a los hechos de corrupción que se ponen al descubierto y que implican a autoridades y personal público de diferentes niveles jerárquicos. Prueba de ello es que a la semana se informa acerca de sentencias con prisión para exautoridades y funcionarios que se aprovechan de sus cargos para beneficio propio y defraudan la confianza del electorado.

Esta es una realidad nacional y, en parte, es resultado de la formación de valores de quienes llegan a cargos sin la debida formación y preparación académica que les ayude a desempeñarse en un puesto de manera recta.

Un claro ejemplo es lo ocurrido el último viernes cuando policías de la Dirección Contra la Corrupción (Dircocor) junto con representantes del Ministerio Público de Tacna detuvieron a 21 personas, entre exautoridades municipales (alcalde y regidores), funcionarios y trabajadores de la Municipalidad de Ilabaya, gestión 2015-2018, quienes serían parte de una organización criminal instaurada en dicha comuna. Estos individuos cometieron varias actividades ilícitas: valiéndose del apoyo de particulares, crearon trabajadores fantasma y supuestos proveedores.

Así gastaron indebidamente recursos públicos por varios millones de soles, por lo que ahora responderán ante la justicia.

Esta práctica es común en instituciones públicas. Por ello, es necesario el reconocimiento a quienes trabajan en la desarticulación de estas bandas que tanto daño le hacen al país y requieren de apoyo para seguir descubriendo a las mafias de corruptos. Basta de tanto trabajador fantasma, así como de beneficiar a proveedores ilegales.