Personas saludables
Personas saludables

Habitualmente se plantea la necesidad de desarrollar y fortalecer, entre otras, la educación para la ciudadanía y los valores, la competitividad y el desarrollo, la investigación e innovación científica y tecnológica, la comprensión lectora y el razonamiento matemático, la apreciación y expresión artística, así como para la interculturalidad. Es más, hacen mucho énfasis en el desarrollo de capacidades y conocimientos que deben lograrse. Esto está muy bien. Pero, ¿podrá una persona no saludable estar en condiciones para desarrollar lo señalado? Evidentemente, no.

La salud, según la Organización Mundial para la Salud, es un estado de bienestar físico, mental y social, con facultad de funcionamiento, en armonía con el medio ambiente, y no solo por la ausencia de afecciones o dolencias. Es la base fundamental que permite a las personas y grupos humanos interactuar bien en su vida individual, familiar, estudiantil, comunitaria, política, laboral y económico-productiva. Desde luego, si tiene las competencias de aprendizaje fundamentales en el marco de una preparación integral.

En el contexto de las políticas públicas nacionales de prevención para que las personas sean saludables están involucrados los sistemas nacionales de salud, del ambiente y de educación. No obstante, el sector educativo -por su carácter formativo- debiera darle alta prioridad a la enseñanza y práctica de saberes referidos a la conservación de la salud.

Los directores, docentes y padres de familia no deben olvidar que cuando "los chicos y chicas son saludables y estudian en escuelas saludables" están en mejores condiciones, por ejemplo, de hacer tareas, concentrarse, preguntar, participar activamente, explorar e indagar, emprender, operar, comunicarse, integrarse socialmente e interactuar con las herramientas tecnológicas.