La investigación del medio británico Financial Times sobre la pandemia en todo el mundo dio luces sobre el pésimo manejo de la lucha contra el COVID-19 en nuestro país. Las muertes en exceso por millón de habitantes en el Perú solo son una muestra de que hemos tenido y tenemos gobiernos sin reflejos e incapaces para resolver esta crisis. Se parecen al boxeador golpeado duramente y que luego de oír la campana, visiblemente desorientado, no sabe a qué esquina dirigirse.

Primero Martín Vizcarra y luego Francisco Sagasti coincidieron en mostrar un grado de inoperancia para contener el coronavirus que en estos momentos asusta. La sensación es que, al margen de la desorientación, quedaron paralizados, con una falta de rapidez y de respuesta muy grande para solucionar los graves problemas del país. Hubo mucha elocuencia, pero pocas acciones eficaces.

Es cierto que en este tiempo la inestabilidad política nos jugó en contra. El país ingresó a un periodo crítico en la lucha de poderes que generó que se avanzara muy poco en lo social. Pero esto no puede ser argumento para las excusas. La realidad dice que los últimos gobiernos en nuestro país no estuvieron a la altura de los desafíos.

Está claro que vivimos una situación grave permanente, y esperemos que el próximo presidente de la República sea consciente que además de tener una buena muñeca política, debe ejecutar planes.