La reactivación del sector pesquero con el inicio de la Primera Temporada de Pesca 2020 es una buena noticia para el país, pues generará ingresos a los pescadores, dinamizará la economía de las zonas pesqueras, y contribuirá para que el Estado pueda atender a quienes son afectados por el COVID-19.

Pero las noticias positivas no terminan allí ya que según el reciente informe científico de IMARPE, existen 10.11 millones de TM de biomasa de anchoveta en la zona norte centro del país. Más aún, esta cifra representa casi un 25% más respecto al promedio de biomasa registrado en los cruceros de verano del periodo 1994-2019, el cual ascendía a 8.18 millones de TM.

Ello, nos lleva también a afirmar que todos los cuestionamientos realizados a la biomasa estimada para la segunda temporada de pesca 2019 carecían de sustento, ya que las cifras hablan por sí solas. Así, queda demostrado que el nivel de biomasa fijado por el Imarpe en esa ocasión – que fue 8.34 millones TM – era el correcto.

Sin embargo, debemos recordar que contar con una biomasa saludable no es fruto del azar. La ciencia nos confirma una vez más el manejo adecuado y responsable de la pesquería de la anchoveta gracias al sistema de cuotas que prohíbe la carrera olímpica y obliga a que las capturas no superen el 35% de la biomasa; además de regulaciones precautorias, como un sistema de vedas pre establecido y el respeto a las tallas mínimas.

La industria pesquera está más que comprometida con la sostenibilidad del recurso. Ahora lo que necesitamos es sumar esfuerzos y terminar de una vez por todas con la pesca ilegal, esa que mueve más de US$ 100 millones, que no aporta a la sociedad y daña los recursos que son de todos.