Escribo desde La Paz, Bolivia, a donde hemos venido los abogados del continente para rendir tributo a la enorme figura del jurista boliviano y exministro de Estado, Reynaldo Peters Arzabe, que ha pasado a la historia del constitucionalismo contemporáneo, por relievar como nadie la trascendencia del recurso de habeas corpus, al cumplirse 50 años de su gesta jurídica de gran impacto político dentro y fuera de Bolivia. Fallecido a los 72 años (2020), el legado del eminente hombre del derecho nacido en Oruro fue ecuménico y por esa razón el Capítulo Bolivia de la prestigiosa Federación Interamericana de Abogados – FIA, que preside el distinguido jurista Marco Antonio García Claros - Reynaldo fue un conspicuo miembro- junto a la notable jurista Mabel Antezana, ayer ha celebrado el medio siglo del histórico papel higiénico de la libertad que volvió a Peters emblemático. En 1972, el laureado jurisconsulto altiplánico -tenía 24 años-, se valió de un rollo de papel higiénico para redactar desde su celda -confinado por la dictadura de Hugo Banzer-, una demanda de habeas corpus que, finalmente, llegó a manos de la justicia. Lo apoyaron los presos que fueron la cortina perfecta para que la gendarmería paceña no sospechara de las tareas de escribano de su propia libertad. Tiempo después, Reynaldo, reiteró que el homenaje en realidad era para todos aquellos que coadyuvaron para que su notable pieza jurídica llegara a manos de los magistrados. Hoy se ha convertido en uno de los más grandes símbolos de la libertad individual en el continente y en el mundo, y forma parte de la Memoria universal gracias a la UNESCO. Perfectamente conservada y custodiada en un banco de España a la responsabilidad de la prestigiosa Unión Iberoamericana de Abogados, aquel papel higiénico de la libertad fue el punto de partida para que la consiguieran muchos presos políticos en Bolivia. Actualmente en Bolivia ha surgido la denominada Acción de Libertad que lejos de empoderar al habeas corpus en su esencia como recurso para conseguir la libertad, que jamás puede condicionarse y se comporta como irrenunciable, ha venido en desnaturalizarlo perdiendo su sentido desde los tiempos de Roma. El habeas corpus es un legítimo patrimonio de la juridicidad boliviana legada por Peters al derecho boliviano y universal. Ese es su mérito.