Sino fuera porque el estado de emergencia ha suspendido algunas garantías constitucionales, los piuranos ya estuvieran rodeando la sede del Gobierno Regional. La concentración no sería precisamente para aplaudirlo. La gente teme las malas decisiones del gobernador y su equipo y si bien por ahora no hay tiempo para dedicárselo a un proceso de vacancia, por lo menos no quiere que meta las manos en el manejo de la crisis del coronavirus.

Este fin de semana se han multiplicado los pedidos al Ejecutivo para que intervenga el Comando Covid19 que lidera Pilar Mazzeti y que el comando creado por el gobernador -y el mismo gobernador- den un paso al costado. A cualquier foráneo llamará la atención que los piuranos prescindan de su natural regionalismo pero tal es la decepción frente a la incapacidad de la actual gestión que es un mal menor el centralismo.

La gente no entiende por qué el presidente Vizcarra cedió ante un simple pronunciamiento de la asamblea de gobernadores regionales, que preside Servando García, y nos dejó sin este organismo para afrontar la emergencia; cosa que sí ha hecho con otras regiones. Es lamentable que en estas circunstancias, cuando todos deberíamos unir y concentrar energías en enfrentar de la mejor manera posible esta pandemia, estemos embarcados en deshacernos de un capitán del barco que nos llevará al naufragio en cualquier momento.

Esperamos que el gobierno no se haga el desentendido y le busque una salida negociada al gobernador. Que no se espere a que la situación llegue a extremos inmanejables. Sino se resuelve en estos días, días que también serán los peores en la evolución de la enfermedad, de nada servirá y habremos perdido valiosos momentos para salvar vidas y atenuar el impacto de la pandemia.