Desde el 2012, a pesar de existir un Diseño Curricular Nacional (DCN) vigente, el Minedu sin tenerlo en cuenta impulsó la aplicación de aprendizajes fundamentales, mapas de progreso y rutas de aprendizaje en comunicación, matemática, ciudadanía y ciencias. Esto ocasionó confusión en el trabajo pedagógico en los colegios.

En octubre pasado, luego de dos versiones que fueron criticadas, se presentó la tercera de un marco curricular para los centros escolares, que sigue siendo muy cuestionada por sus debilidades conceptuales y operativas. No obstante, si bien el ministro Saavedra señaló - al clausurar el seminario-taller de currículo del CNE- que no se aprobaría para su generalización este año, se observaba que había la intención de varios funcionarios y especialistas de desarrollarlo en casi un 80 % bajo el mismo esquema de informalidad de los últimos tres años.

La directiva para el año escolar 2015 oficializa la decisión que anunció el ministro de Educación, al disponer que los profesores utilizaran este periodo lectivo solamente como “materiales de apoyo” rutas de aprendizaje que son compatibles con las siguientes áreas del DCN: Matemática, Comunicación y Ciencia y Ambiente (inicial), Matemática y Comunicación (primaria), así como Matemática, Comunicación, Ciencia Tecnología y Ambiente, e Historia Geografía y Economía. Esto implica que no continuará la informalidad curricular y se respeta el currículo vigente (DCN). Ciertamente, con el compromiso profesional y el fomento a la autonomía escolar de parte de funcionarios, técnicos, asistentes pedagógicos, monitores, acompañantes y capacitadores del mismo Ministerio, las DRE y las UGEL.

Creo que habiéndose puesto las cosas en su sitio, lo cual está bien, corresponde desarrollar un proceso (con un renovado liderazgo pedagógico y el aporte activo de educadores con experiencia escolar) para elaborar un currículo de calidad e inclusivo, que sea fruto de la concertación social, política y técnica para que tenga continuidad.