Ayer, con 11 votos a favor y seis en contra, la Comisión de Constitución del Congreso logró poner un freno al intento del Poder Ejecutivo de cambiar la Constitución Política del Perú y mandó al archivo el proyecto de ley que pretendía llamar a referéndum para conformar una Asamblea Constituyente para este fin.

Y como era de esperarse, el Poder Ejecutivo, a través del inefable premier Aníbal Torres, criticó esta decisión del Parlamento y desde el Consejo de Ministros Descentralizado, en Nasca, consideró que la negativa al referéndum agudizará la crisis política, económica y social en la que está inmerso el país.

Es bastante inverosímil que el jefe del gabinete crea que una nueva Constitución acabará, por arte de magia, con los problemas que crea el propio Gobierno con sus pésimas decisiones.

El país necesita que el Ejecutivo se ponga a trabajar y deje de lado estas puesta en escena llamadas consejos de ministros descentralizados ya que, si bien recogen el sentir de cierto sector de la población, es el propio gobierno o las autoridades locales quienes deciden quiénes entran o no y se vuelven caja de resonancia de despropósitos como una asamblea constituyente.