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La historia de la sociedad internacional en los últimos 30 años relieva en el marco del océano Pacífico, abarcando una extensa cuenca donde se moviliza más del 60% de la dinámica económica del planeta. La Alianza del Pacífico se halla en sus orillas. Para entender su dimensión -está integrada por Colombia, Chile, México y el Perú, cuyos jefes de Estado se acaban de reunir en Lima, aunque no vino el mexicano Andrés Manuel López Obrador, que sigue aislándose produciendo desconcierto-, tengamos presente que el 40% del comercio de América Latina con el mundo es realizado por la Alianza, y que el 41% de la inversión internacional a la región latinoamericana es captado también por los países de la Alianza, que en conjunto suman más de 225 millones de habitantes. Así, pues, ya no es un secreto que la Alianza del Pacífico, que representa la octava economía del mundo, se ha convertido en un espacio de libre tránsito de bienes, servicios, capitales y personas.

El bloque cuenta con un acuerdo firmado en 2012 y ya posee un área de libre comercio con acceso sin aranceles de los bienes que se comercializan dentro del propio bloque. Así como lo lee, amigo lector. Las trabas del pasado con aranceles de por medio, que solamente aletargaron que los cuatro Estados dinamicen sus intercambios, fueron superadas mirando sus desarrollos en la idea de mantener una pétrea unidad económica hacia el mundo, principalmente el de la Cuenca. Por eso, los países de la Alianza paralelamente en su empeño de consolidar su proceso de integración regional -lo van a fortalecer con el proceso de incorporación de Ecuador, que se ha iniciado ayer aquí en Lima-, siguen empeñados en buscar nuevos mercados, siendo los Estados de la Cuenca del Pacífico a los que seguirán imprimiendo una mayor atención. Aprovechemos, entonces, nuestra condición geopolítica privilegiada -pegados al Pacífico-, distanciándonos de las economías contrarias al libre mercado. Esa ha sido la apuesta de sus gobiernos al decidir formar el bloque. Contando a la fecha con 57 países en calidad de observadores, los que integran la Alianza, han aprendido que juntos son más poderosos para sus crecimientos. Nuevos retos para el bloque en el que Chile asume su Presidencia Pro Témpore.