La pregunta que muchos se hacen en el mundo es por qué razón la guerra entre Rusia y Ucrania que se inició el 24 de febrero de 2022 con la invasión moscovita, no acaba. Para los estrategas de las guerras contemporáneas debió cerrarse en solamente unos cuantos días y vaya que se equivocaron pues van 114. La razón es que las variables de análisis sobre los conflictos no son solamente geopolíticas o de pura política internacional. Considerar el factor económico es central en el balance del fenómeno bélico en curso. En efecto, lo que más se utiliza en un combate pues son las armas y su negocio es el que sigue produciendo los mayores ingresos en el mercado internacional. Cabe, entonces, preguntarnos ¿Quién es el mayor vendedor de armas en el planeta?, pues, EE.UU. -el 39% de las colocaciones de armamento en el mundo son del hegemón de la Tierra- y la verdad es que no existe ningún país que le haga competencia. Rusia, que le sigue, va apenas por el 19% de dichas ventas. Es verdad de que vender armas no presupone ninguna responsabilidad para Washington, pero también de que mientras sigan llegando armas a Ucrania, la guerra no va a terminar. Los rusos lo saben y por eso Vladimir Putin muestra signos de desesperación a pesar de que sus ejércitos siguen obteniendo victorias parciales. La amenaza que Moscú hizo a Washington de que podría haber compromiso de EE.UU. en la guerra por entregar armas a Kiev se fue diluyendo porque sencillamente saben que una colisión con EE.UU. podría afectarlos dada su superioridad militar. Aunque sea duro decirlo la reconstrucción de un país derruido por una guerra supone gastos millonarios y por eso cuando esté cerca el final de la guerra que todos queremos, seguramente surgirán voces para la reconstrucción de Ucrania y ese proceso, como pasó con el famoso Plan Marshall -unos 12,000 millones de dólares que, con el liderazgo de EE.UU., se decidió para la reconstrucción de los países europeos por el desastre que produjo la Segunda Guerra Mundial (1939-1945)-, llevará ahora a levantar de los escombros a este país de Europa del Este. Se calculan unos 600 mil millones de dólares a la fecha y mientras la guerra persista y la destrucción sea mayor, el costo también lo será y ya imagino la nube de postores que habrá para realizarla. Por eso las guerras también deben ser vistas económicamente.
¿Por qué no acaba la guerra R-U? por Miguel Ángel Rodríguez Mackay (OPINIÓN)
Columna de opinión | Internacionalista