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Patricia tiene 12 años y nunca tuvo padre conocido. Su madre murió de cáncer hace un año en un hospital público y desde entonces ella vive en un albergue estatal. Tiene la suerte de que una tía, prima de su madre, que vive en Estados Unidos, la quiere adoptar. Para ello la tía vino al Perú y contrató a una abogada para representarla en la adopción.

Este trámite, que le permitirá a Patricia tener un hogar nuevamente, se inicia con la declaratoria judicial de abandono. Para ello debe probarse que Patricia no tiene ni madre ni padre, pero el hospital donde murió la madre se niega a entregar la partida de defunción señalando que la prima no es un familiar cercano y Patricia no puede ser adoptada pues ni siquiera se pueden iniciar los trámites para ello.

Como este, conozco varios casos de personas que no saben cómo hacer para adoptar niños que aman y otras que quieren formar un hogar con chicos abandonados. Alguna vez se ha tenido éxito, pero otros casos, como este, simplemente indignan. El Estado y sus funcionarios no entienden que en la vida de Patricia cualquier decisión que estos no tomen o tomen tarde hace la diferencia para tener un futuro. Algunos funcionarios públicos conocen el caso de Patricia y dicen que se va a resolver, pero hasta ahora nada ha cambiado.

Este gobierno ha creado unidades de destrabe para sacar adelante proyectos de infraestructura. Hacemos “road shows” para atraer inversionistas y firmamos tratados de libre comercio para que nuestros productos vayan a otros países a mejores precios. ¿Alguien se preocupa por las Patricias de este país? ¿Alguien hará algo por los chicos que esperan ser adoptados? Ojalá.

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