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Ernesto Blume, presidente del Tribunal Constitucional, ha citado al pleno del TC este jueves para: evaluar la admisión o no de la demanda competencial que ha planteado el presidente de la Comisión Permanente contra el Poder Ejecutivo por la disolución del Congreso; exponer su propuesta de sentencia sobre la libertad de Keiko Fujimori o su permanencia en prisión, como lo determinó la Corte Suprema; y someter a votación de los magistrados del colegiado constitucional si corresponde tomarle juramento al Sr. Gonzalo Ortiz de Zevallos Olaechea, primo hermano del presidente de la Comisión Permanente.

Este punto, el primero en la agenda de mañana en el Tribunal Constitucional, exige una definición de los siete magistrados, en tanto fue justamente la elección del Sr. Gonzalo Ortiz de Zevallos lo que desencadenó la disolución constitucional del Congreso.

La votación de la elección del primo de Pedro Olaechea como magistrado del TC resulta fraudulenta porque cómo, si la excongresista María Elena Foronda se encontraba en medio del hemiciclo protestando por el procedimiento plagado de vicios que se utilizó para elegir a estos magistrados, en el tablero electrónico aparece votando ¡a favor! (¿?) cuando ella -todos lo vimos- no ejerció su derecho a voto.

Se ha insinuado que Manuel Dammert habría presionado por ella y votado. Esta versión es absolutamente falsa, porque lo que se oculta es que a María Elena Foronda se le atribuyeron dos votaciones (una en verde y la segunda en ámbar) y como Dammert carece del don de la ubicuidad no pudo haber votado dos veces. Por ello sostenemos que se trató de una elección fraudulenta.

Si a lo anterior sumamos los dos recursos de reconsideración presentados, y nunca vistos ni votados, es claro que el TC no tiene ninguna otra opción que no sea desestimar esta supuesta elección.