Los resultados de las recientes elecciones muestran que tendremos un Congreso fragmentado y diverso, compuesto por congresistas de nueve partidos políticos que tienen diferentes puntos de vista en temas económicos y derechos civiles.

Confío que a todos los congresistas los une una vocación por servir a los peruanos, así como el compromiso de llevarnos en el breve plazo que tendrán a un mayor nivel de institucionalidad a través de la culminación de la reforma política y la reforma del sistema de justicia.

En cuanto a la reforma política, las propuestas de varios de los partidos elegidos incluyen eliminar la inmunidad parlamentaria y el voto preferencial, así como aprobar los impedimentos para ser candidatos. Esperemos que ello se materialice en un cambio legal muy pronto. Algunos de los partidos incluyen también establecer la bicameralidad y permitir la reelección de congresistas; que se dé el debate y podamos culminar esta primera etapa de reforma política.

Ojalá y aborden también el fortalecimiento institucional del Congreso, para favorecer que los asesores correspondan a las comisiones y no a los congresistas, para que la conformación de comisiones tenga cierta continuidad de un periodo a otro y para un verdadero análisis costo-beneficio de las leyes que impida normas populistas que hipotequen nuestro futuro.

En cuanto a la reforma judicial, un tema de especial importancia será definir el órgano de control. El esquema actual, de jueces controlando a jueces, lamentablemente no funciona; aquí también se da que “otorongo no come otorongo”. Esperemos que se formule una propuesta de consenso, para que tengamos una mejor forma de elección de jueces –la Junta Nacional de Justicia ya instalada- y también una buena forma de control.

La mayoritaria aprobación ciudadana del cierre del anterior Congreso y la escasa votación de ex congresistas que privilegiaban la confrontación sin duda acreditan que los peruanos queremos ver a políticos consensuando más que confrontando. Ello implica escuchar, identificar puntos comunes, ceder, y ser creativos en formular propuestas que cuenten con respaldo mayoritario. Esperemos que los nuevos congresistas no se vean como enemigos sino como adversarios y, mejor aún, como compatriotas a quienes les toca sumar, trabajar juntos e incluir para lograr un Perú mejor.

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