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Mientras se prolongan las reuniones y nadie toma el toro por las astas en el complicado tema de un nuevo peaje en la Carretera Central, autoridades y organizaciones gremiales y sociales del centro del país advierten que si se concreta lo del peaje en Ticlio habrá, como tantas veces, bloqueos de las vías y convulsión social.

El Ministerio de Transportes y Comunicaciones pidió al Organismo Supervisor de la Inversión en Infraestructura de Transporte de Uso Público (Ositran) la suspensión de la implementación y el cobro de un nuevo peaje. En tanto, Deviandes, concesionario del tramo 2 de la carretera IIRSA Centro, solicitó lo mismo ante las eventuales protestas sociales. Ante ello, Ositran está evaluando los pedidos.

Congresistas, gobernadores regionales y alcaldes han sido los primeros en protestar. “Un cuarto peaje en la Carretera Central va a hacer que metan la mano a todos los que transitamos por allí. Exigimos desde el Congreso no solo la suspensión de la instalación del peaje, sino la cancelación, además que pueda revisarse el contrato”, dijo el presidente de la Comisión de Transportes del Congreso, el parlamentario pasqueño Roy Ventura.

“La Carretera Central está diseñada para 4 mil vehículos por día; sin embargo, en el 2015 transitaron un promedio diario de 6354 (60% de vehículos pesados de carga), superando en más del 50% su capacidad. Es un abuso otro peaje”, manifestó el congresista por Junín Israel Lazo.

Lo cierto es que los ánimos están caldeados en el centro del país. Todo hace suponer que no se instalará el nuevo peaje el 20 de febrero, como estaba acordado. Sin embargo, Ositran precisó que si el rechazo y las protestas se mantienen y el peaje no se implementa en los próximos seis meses, el Gobierno tendrá que asumir los montos que deje de recaudar Deviandes.