GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3
GF Default - Imported ANS Video id=8fad72e5-655c-428e-943a-9ce73bbf09d3

Ayer se ha conocido una propuesta de dictamen de la Comisión de Constitución del Congreso en la que, tal como se esperaba, se recomienda archivar el proyecto del presidente Martín Vizcarra de acortar su mandato y el del Poder Legislativo en un año para dar paso a nuevas elecciones en abril próximo con el argumento de que, ante la confrontación política y el rechazo de una de sus reformas, las encuestas y “la calle” quieren que se cierre el Parlamento y que se vayan todos.

Hoy ese grupo de trabajo debatirá el proyecto y es casi un hecho que será rechazado. Ante esto, habría que preguntarnos cuál será la reacción del presidente Vizcarra. ¿Habrá cuestión de confianza pese a las objeciones legales que existen? ¿Qué dirá el Tribunal Constitucional (TC)? ¿Renunciará y dejará el mando a Mercedes Aráoz? ¿Se irán los dos? Ante eso, el titular del Congreso, Pedro Olaechea, tendría que convocar a elecciones. Los posibles escenarios son muchos.

Y ya que en el párrafo anterior menciono al TC, habrá que ver cómo va el próximo lunes en el Congreso el intento de nombrar a los magistrados que tendrán que relevar a quienes ya tienen el mandato vencido. Esto no es poca cosa, pues el máximo intérprete de la Carta Magna podría ser el que finalmente decida cuál es el camino a seguir. Mientras tanto, la izquierda sigue revolviendo las aguas para convocar a una Asamblea Constituyente, aunque no tienen ni tendrán los votos necesarios.

En medio de todo esto, habría que preguntarse por qué el presidente Vizcarra está tan empeñado en irse antes de tiempo, al extremo de sumirnos en esta situación de incertidumbre e inestabilidad. ¿Es solo por la confrontación política, que en realidad siempre ha habido en el Perú? ¿Por qué tanto empeño en asumir las riendas del país desde antes que caiga Pedro Pablo Kuczynski si después iba a pedir acortar su mandato? ¿Qué pasó entre un hecho y otro?

Como escribí el lunes último en este espacio, estamos en una semana crucial para el país, en la que pese a todas las críticas y posturas encontradas, tienen que primar la institucionalidad y la legalidad por encima de las pasiones y, en algunos casos, las rabietas. El futuro del Perú está en juego y se exige mucha responsabilidad, tanto de los políticos que se creen dueños de la razón, y en muchos casos tienen rabo de paja, como de los ciudadanos de a pie.