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En el 2021, el Proyecto Majes Siguas cumplirá 50 años desde que el 3 de octubre de 1971 se inició y fue considerado como prioritario, con el objetivo de dinamizar la economía de la Región Sur del país. Asimismo, según argumentos considerados en sus estudios, “se constituye en la única alternativa viable del presente para reducir los niveles de pobreza, incrementar sustancialmente la producción de alimentos, generar divisas y lograr un desarrollo agroindustrial sostenido”.

Está previsto incorporar 57 mil hectáreas para la agricultura y generar 656 MW de energía. En la actualidad están en plena producción 23 mil hectáreas de la primera etapa y ahora con Majes Siguas II se espera que en un corto plazo se haga lo mismo con el resto de lo previsto.

Acaba de publicarse la adenda número 13, donde el contratista considera que el cambio tecnológico de Majes Siguas demandará un costo de más de $110 millones, aunque desde el Gobierno Regional y del Ejecutivo se precisó que este no debería superar los $107 millones.

Se espera que a inicios de setiembre por fin se reinicien las obras y estas no paren hasta concluir. Es hora de que las malas vibras, que han existido y existen alrededor de este viejo proyecto, acaben y se haga por fin el mismo.

Arequipa, el sur y el país requieren de esta monumental obra, que debe concluirse para así responder a los objetivos iniciales de la misma, en especial que ayude a reducir los niveles de pobreza que aún se presentan en el territorio nacional.

Majes Siguas II no es de una persona o grupo político, es de todos los peruanos y hay que empujar su ejecución sin perder la objetividad en la fiscalización del mismo.