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El 4 de noviembre, la ciudad de Puno celebró su 351 aniversario de fundación española. La capital de la región del mismo nombre es conocida por su cultura importante y diversa. Es tierra de artistas y poetas, confluencia de quechuas, aimaras, mestizos y poblaciones selváticas.

Puno y Juliaca forman un eje económico, sobre todo comercial, que articula las actividades sociales del Altiplano peruano-boliviano; además, es una plataforma de comunicaciones de la región central de América del Sur.

Cuenta con importantes recursos naturales, minerales, energéticos, hídricos, agrícolas y ganaderos, y con importantes expresiones culturales. Somos un millón doscientos mil habitantes que hablamos español, quechua, aimara y otras lenguas. Poseemos una importante riqueza folclórica, expresada en más de 260 danzas autóctonas y de luces, así como en la festividad de la Virgen de la Candelaria.

Sin embargo, y pese a contar con una población laboriosa, Puno muestra altos índices de pobreza, desnutrición y anemia. Ello es producto de un desarrollo desigual y excluyente, en el cual la riqueza que se genera se transfiere permanentemente a otras regiones, a la capital del país y al extranjero.

En la región de Puno, se tiene una alta tasa de emigrantes; por ello, en los censos del 2007 al 2017 la población disminuye en todas las ciudades y en el departamento, mientras que se concentra en Juliaca y Puno. Al recorrer la región, se aprecia claramente el despoblamiento del campo y de las provincias.

En este nuevo aniversario de la ciudad de Puno, reafirmamos nuestra voluntad de construir una región y un país que desarrollen oportunidades reales para su gente, donde la discriminación se sancione y se erradique, donde las mujeres, niños y ancianos seamos respetados y valorados. Una sociedad donde los servicios de educación, salud, agua y saneamiento sean de calidad para todas y todos. Una economía en la cual quienes más ganan paguen los impuestos que les corresponde; y si eluden o evaden, se les sancione.

Es tarea de todas y todos expresar nuestra opinión, nuestra posición; de lo contrario, los distintos Gobiernos seguirán cerrando los ojos y tapándose los oídos.