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Toda Argentina está de mantel largo. Mañana viernes se realizará en Buenos Aires la Cumbre de líderes del denominado G-20, que mirado a secas es el club de los países más ricos o poderosos del mundo. El gobierno de Mauricio Macri se ha preparado sin desmayo para este momento. Primero, un poco sobre Argentina. La pregunta que muchos se hacen es cómo Argentina, un país que viene soportando una crisis económica heredada por el kirchnerismo y que ha venido sorteando recetas y fórmulas de recuperación económica en los últimos meses, integra esta élite planetaria. Es verdad que Argentina es el único país en el sistema internacional que involucionó al entrar el siglo XX, pues en el anterior se había afirmado de modo incuestionable como una nación del primer mundo; sin embargo, Argentina, más allá de la crisis que afronta, mantiene su condición de Nación muy bien estructurada con importantes estándares en su vida social que la han convertido en un país orgánico y con un desarrollo cultural inobjetable. Solamente Colombia en las últimas décadas, una cuestión que no se hace de la noche a la mañana, la ha superado como el país en que más se lee en la región. Adicionalmente -también juega en la dinámica de la interacción internacional-, Argentina es un país que sabe conectarse con los países que tienen piso y peso en las Relaciones Internacionales. La circunstancia de que integre este grupo que fue gestado a fines de los 90 y de que ahora tenga la presidencia lo confirma con creces. Buenos Aires reunirá a líderes como Donald Trump (EE.UU.), Xi Jinping (China), Vladimir Putin (Rusia), Ángela Merkel (Alemania), Theresa May (Reino Unido), Emmanuel Macron (Francia), Narendra Modi (India), el príncipe Mohamed bin Salman (Arabia Saudita) y Justin Trudeau (Canadá). También estarán los líderes de Australia, Brasil, Japón, Sudáfrica, Italia, Indonesia, México, Corea del Sur, Indonesia y Turquía. Completa el G-20 la Unión Europea. El invitado permanente es España. Los invitados del país anfitrión son Países Bajos y Chile. La guerra comercial entre Washington y Beijing y el asunto migratorio, entre otros, podrían marcar el encuentro.