En buena hora el director de este diario, señor Iván Slocovich, ha publicado el pasado jueves una reseña que explica quién puede ser el próximo Presidente del Perú, gracias a sus magníficos oficios, importantes utilidades en sus cuentas bancarias; él sabe cómo “se hace” la riqueza que se recibe en billetes y sin dar cuenta a nadie.

El individuo Gregorio Santos (no caigo en la torpeza de llamarlo “señor”) ha obtenido permiso para salir de su alojamiento en Piedras Gordas y participar en el debate organizado por el Jurado Nacional de Elecciones; tendrá que enfrentar al candidato de Acción Popular, Alfredo Barnechea, quien no se siente muy a gusto.

¡Qué justa, rápida y prolija es la resolución del Comité Técnico Penitenciario del penal Ancón I, que le otorga este beneficio penitenciario de salida por 10 horas! Desconcertante privilegio de diálogo concedido al perpetrador de siete delitos comprobados que no pasaron por tanto conversar y que destruyeron las posibilidades de desarrollo de Cajamarca. ¡Qué gentil justicia! Concedida como segundo gran lujo a “Goyo” Santos, pues el primero fue el de ser elegido gobernador regional cuando ya se encontraba privado de libertad.

¿Seremos tan inverosímilmente creativos que inventamos lo que nadie antes en la historia, como es liberar de grilletes en manos y pies a un recluso peligroso para que vaya a charlar sobre su “presidenciable” futuro ante casi 22 millones de electores y apresurar su acceso a Palacio de Gobierno como corresponde?