“Piénselo bien” usted, señor Favre. Tratar de comparar a César Acuña con Martin Luther King Jr. es un exceso, por no decir una falta de respeto. La única coincidencia entre ambos es que tuvieron un origen humilde. Sí, eso sí. Los dos fueron acusados de plagio. Sí, también. Pero un momentito: si bien el plagio es una falta grave y lamentablemente King incurrió en ella, no se compara con los escandalosos plagios del candidato.

Y es que, como se menciona en el penoso spot, “plagiar es grave, pero la vida de un ser humano no se reduce a eso”. Es cierto. Nadie pretende mandarlo a la hoguera por haber plagiado. Pero forjar toda una carrera sobre la base de mentiras (porque si todas sus tesis están llenas de plagios, entonces sus títulos no valen nada), publicar libros de otros autores con su nombre, y todo esto siendo dueño de tres universidades, ya es demasiado. Las cosas como son: el plagio es un delito. Ergo, César Acuña va por mal camino.

Muy por el contrario, Martin Luther King es sinónimo de heroísmo. Él sí era de una raza distinta: una raza que peleó por liberarse de la segregación y el racismo, una raza que luchó por la igualdad y los derechos humanos. En cambio, Acuña se computa el abanderado de la educación y se vende como un chancón cuando parece que no es nada de eso.

Pero como la gente no es tonta (así que deje de subestimarnos, señor Favre), las redes sociales explotaron de respuestas llenas de ironía y burla. Y es que esa comparación entre Acuña y King es un sinsentido irrisorio. Y la mejor de todas fue una parodia del spot donde se compara a Acuña con Pablo Escobar, con quien, tristemente, tiene más similitudes que con Martin Luther King. Parece un mal chiste, pero es verdad. “Lo único que me falta es ser presidente” es una cita que, sin ser plagiada, le pertenece a ambos.