Hoy celebramos el aniversario de nuestra patria en un contexto en el que parece no haber demasiado para celebrar. Es difícil proyectarnos más allá de la próxima semana cuando cada día más peruanos sufren la pérdida de un ser querido.

La pandemia ha expuesto las deficiencias de nuestro país en todos los aspectos. Pero si tenemos en mente que el coronavirus incontestablemente va a pasar, ¿hacia dónde miramos después?

Naturalmente, en el corto plazo, tenemos que seguir luchando; sin bajar la guardia y respetando el derecho a estar sanos que tenemos todos los peruanos. Sin embargo, también debemos tener una visión integral de lo que buscamos en el largo plazo.

¿Qué queremos los peruanos? Esa es la pregunta que cada uno de nosotros debería hacerse. Probablemente nuestras respuestas -indiferentemente de nuestra localidad o color ideológico- no varíen demasiado.

Este es el que yo quisiera:

- Un Perú en el que lo que nos une como peruanos va mucho más allá del ceviche.

- Un Perú en el que el lugar en donde naces no es una condena; porque ‘desarrollo’ no es sinónimo de Lima.

- Un Perú generador de trabajo y riqueza, con una caja fiscal sólida que permite atender las necesidades de todos -especialmente las de los más vulnerables-.

- Un Perú en el que las mujeres no tienen que aprender a tener miedo desde niñas, y la justicia no se limita a algunos cuantos afortunados.

Un Perú fuerte y libre. Y no hay atajo para llegar a él. Si hay algo que nuestra historia nos confirma una y otra vez, es que los objetivos cortoplacistas nos sabotean en el largo plazo.

Entonces, asumamos -desde hoy-, nuestra parte en la construcción del Perú que queremos. Porque el Perú del futuro lo construimos -tú y yo-, desde hoy.