El presidiario Pedro Castillo ha batido todo récord de cinismo en la política peruana al mandar una carta desde su encierro y presentarse no solo como “Presidente Constitucional del Perú”, sino también como “Prisionero Político de la Dictadura de Dina Boluarte”, ante los presidentes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), donde hay gente contaminada por su ideología que se cree la farsa del golpista peruano.

Este sujeto dice que se encuentra en un “cautiverio arbitrario sometido por la dictadura de Dina Boluarte”, cuando en verdad el golpista de Chota está tras las rejas por un fallo emitido por un Poder Judicial independiente, el mismo que el propio Castillo quiso someter a su antojo en caso de haber triunfado con su golpe de Estado del 7 de diciembre, cuando pateó la Constitución y pretendió romper con el equilibrio de poderes.

Además, qué tanto habla de “dictadura” este señor si, en primer lugar, postuló a la Presidencia de la República por un partido con un ideario que de haberse concretado nos hubiese convertido en la nueva Cuba o Venezuela, donde la democracia no existe; y en segundo, de haber tenido éxito el golpe castillista de diciembre pasado, hoy viviríamos una tiranía en que se habría metido presa hasta a la fiscal de la Nación, Patricia Benavides.

Pero el problema no es que Castillo exprese mentiras. Lo ha hecho desde que era un sindicalista radical muy próximo a bandas terroristas. Lo grave es que por sus sesgos ideológicos que privan la razón, haya gente que le crea, incluso jefes de Estado como los de México, Venezuela, Cuba, Colombia, Bolivia, Chile, Argentina y Honduras, que se la están jugando por un vil golpista que además tiene mucho que responder por actos de corrupción.

Castillo se está burlando de los peruanos, y lástima que haya gente que salga a las calles a pedir su liberación. Deberían recordar que el juez que lo ha mandado a la cárcel es el mismo que condenó a Alberto Fujimori, como para que no digan que acá hay un complot de los rivales del profesor que fue visto por el mundo entero dando un golpe de Estado para adueñarse del poder. Sí, y pese a eso tiene la frescura de decir que es víctima de una dictadura. Todo al revés.

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