Empezamos un año electoral en medio de una pandemia que se ha llevado miles de vidas en el país, y amenaza con llevarse más. Un año electoral significa eventos proselitistas que usualmente reúnen a grandes cantidades de personas. Pero una pandemia significa distanciamiento social.

Esta campaña, entonces, nos dará un nuevo elemento para poder juzgar a nuestras potenciales autoridades: su habilidad para hacer campaña de manera responsable (es decir, respetando normas y recomendaciones de salubridad para prevenir el contagio de Covid-19).

Habrá que tener especial cuidado con aquellos candidatos que tengan un discurso orientado a enfrentar la pandemia, pero se contradicen con sus propias acciones a la hora de hacer campaña. Por ejemplo, el expresidente-hoy-candidato Martín Vizcarra, quien hace tan solo unos meses nos rogaba que esperemos para abrazarnos, pero hoy se toma selfies abrazado de sus entusiastas seguidores mientras está en campaña. En ese sentido, cualquier candidato que esté dispuesto a poner en riesgo su salud o la de sus potenciales electores (generando aglomeraciones) para ganar votos, es alguien de quien desconfiar.

Esta campaña será un momento para poner a prueba a nuestras potenciales autoridades, y elegir mejor a partir de ese juicio. Es por eso que la campaña también será crucial para nosotros, los electores. Nos toca estar atentos y observar no solamente a aquellos candidatos ingeniosos, que logren descifrar maneras de llegar al electorado sin poner en riesgo su salud, sino a aquellos que tengan propuestas coherentes para el desarrollo del país.

Busquemos aquellos que exhiban capacidades de resolución de problemas durante la campaña, porque esas son características que necesitamos en el gobierno, pero también que demuestren coherencia con políticas de desarrollo sólidas en sus planes de gobierno.

Estas candidaturas existen. Busquémoslas y escojámoslas. Es hora de darle una oportunidad al país.