A veces pienso que los congresistas lanzan frases e ideas que buscan provocar a la gente. Lo dicho por la Rosangella Barbarán en la Comisión de Economía hace algunos días es increíble. “Hay congresistas que se están pagando una maestría o un diplomado, ellos deberían pagar menos impuestos porque están haciendo una inversión en favor del país”, expresó. Ya sabemos que la mayoría de los parlamentarios en nuestro país no son personas de continuas reflexiones inteligentes y, por el contrario, tienen una celeridad impresionante para decir barbaridades, pero lo de la fujimorista ya es una burla contra los peruanos.
A propósito de la celebración ayer del Día de la Bandera se ha recordado cuando el coronel Francisco Bolognesi escribió una carta a su viuda para que no reclame nada al Estado por su sacrificio en Arica. “No pidas nada porque dirán que mi defensa al país tenía precio”, dijo. Cambiaron los tiempos, hoy hay personajes que viven del Estado y están en sus curules solo para gozar de privilegios. No producen leyes o proyectos a favor de la gente sino para sus propios intereses.
Demasiadas tensiones y cuestionamientos acucian en estos momentos al Congreso para que Rosangella Barbarán les agregue más. Por eso están cada día más alejados de sus representados.
Pese a que las encuestas muestran un profundo rechazo a los parlamentarios, que es como una luz roja en la cara de ellos, ni se inmutan. Siguen en su culto de sacar ventaja como fuera posible. Lo malo es que crearon estas condiciones para que los capaces y honestos se desanimen y estén ellos solos.
Barbarán es joven y demuestra que para cambiar la clase política no es cuestión cronológica. La posmodernidad, la corrupción, la impunidad, el individualismo y la educación que le da títulos y grados muy rápido a la gente, pero nada de valores, están empobreciendo moralmente a muchos. Felizmente no son todos. Hay hombres y mujeres valiosos, que buscan un liderazgo eficiente para involucrarse seriamente en la política y recobrar la fe en la patria.