Reaprendiendo a estar presentes

El avance tecnológico es uno de los motores del desarrollo de la humanidad y nos permite vivir con un sinfín de comodidades que hubieran sido imposibles de imaginar para nuestros antepasados (luz, agua potable, internet, etc.). Sin embargo, los índices de ansiedad, en todas las edades, van en aumento. ¿A qué se debe esto?

Vivimos en la era del “multitasking” y nos jactamos de poder hacer muchas cosas distintas a la vez. Trabajamos en la computadora, conectados a nuestro WhatsApp, con el chat del Facebook abierto… Todo esto mientras permanecemos atentos a los correos electrónicos que puedan llegar, al sonido del tráfico y demás elementos. No obstante, a nivel neurológico está comprobado que somos sumamente ineficientes cuando hacemos “multitasking”. Ello se debe a que nuestra “memoria de trabajo” (la que usamos para manejar los datos conscientemente) tiene capacidad limitada. Se estima que podemos manejar hasta siete elementos diferentes a la vez. Si regresamos al ejemplo anterior, al tener abierto el WhatsApp, el correo electrónico, mirar un anuncio publicitario por el rabillo del ojo, escuchar a un compañero hablar, beber un sorbo de agua, leer una noticia en otra página de internet y mirar nuestra hoja de Excel, ya hemos sobrepasado los elementos que podemos manejar a la vez… Y ni siquiera hemos comenzado a trabajar.

Entonces, ¿qué podemos hacer para ser más productivos y más felices? En primer lugar, debemos reaprender a hacer una cosa a la vez: disfrutar de estar en el presente, sin interrupciones. Si comemos, concentrémonos en nuestros alimentos. Si queremos leer, pues hagámoslo sin intentar mirar televisión a la vez. Si queremos conversar con un amigo, prestémosle toda nuestra atención, guardando y apagando el celular. Nuestro bienestar está directamente relacionado con nuestra presencia. Aprendamos a usar la tecnología para ser más plenos y libres.