Oportuna y bien puesta la moción de rechazo aprobada ayer por el Congreso, frente a la evidente intromisión en asuntos del Perú de parte de los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; y de Colombia, Gustavo Petro, quienes desde el primer momento han salido en defensa del golpista Pedro Castillo y han cuestionado, como si fuera de su incumbencia, el proceso parlamentario y penal que se originó con el golpe del Estado dado el 7 de diciembre último.

El mexicano no solo ha dado asilo a la familia de Castillo luego de alojarla en su embajada en Lima, sino que ha señalado que al profesor chotano que dio un golpe de Estado y fue detenido en flagrancia, lo echaron del cargo por ser un profesor rural y no un aprendiz de dictador, esto aparte de las denuncias de corrupción que debe afrontar. Este señor incluso ha tenido el atrevimiento de pedir que en nuestro país haya adelanto de elecciones.

A esto se sumó Petro, quien dio vergüenza ajena al afirmar que a Castillo lo sacaron del poder por ser “de la sierra”, cuando en verdad su defendido quiso cerrar el Congreso y asumir poderes absolutos. Qué gran error han cometido los colombianos al elegir a este sujeto de oscuro pasado violento, que hace pocas horas se ha reunido con otro impresentable de la región: el dictador venezolano Nicolás Maduro.

Alguien debería hacerle notar a López Obrador y a Petro que sus taras ideológicas les están haciendo ver las cosas al revés, al igual que a su protegido Castillo, quien ayer, desde la cárcel, ha dicho que la actual administración de Dina Boluarte “se levantó en armas”. También ha culpado al Congreso de conspirar contra él. Se pinta como una pobre víctima. ¿Ya no se acuerda de su mensaje al país del mediodía del 7 de diciembre último?

El Perú no puede bajar los brazos ante la arremetida de los defensores internacionales del golpista. No olvidemos tampoco a Evo Morales, quien ha estado por el sur de nuestro país azuzando y promoviendo una asamblea constituyente y la división. El Poder Ejecutivo y el Congreso tendrán estar muy atentos con estas inaceptables intromisiones en un país que dentro del marco de la Constitución, ha sabido librarse del “socialismo del siglo XXI”.

Este señor ha tenido el atrevimiento de pedir que en nuestro país haya adelanto de elecciones.


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