El anuncio del presidente Pedro Pablo Kuczynski sobre un diálogo con los dirigentes regionales de los maestros huelguistas ha generado todo tipo de reacciones. Algunos dicen que esta reunión no es signo de debilidad del Gobierno y otros, como el presidente del Poder Judicial, Duberlí Rodríguez, estiman que esta iniciativa del Ejecutivo fortalece y alienta las actitudes violentistas.

Esperamos que la cita de hoy en Palacio de Gobierno sirva para reflexionar y perfeccionar algunos puntos de las demandas, con el objetivo de poner fin a esta huelga, que ya tiene más de 50 días. Es evidente que también debe haber mucha prudencia y, por qué no, rectificaciones. Ojo que rectificarse no es confesar una derrota, como creen tantos fundamentalistas. Aquí el dogmatismo y el verticalismo tienen que dejarse de lado. Si hay autocríticas, no solo pueden darse desde el sentido estratégico, sino de forma integral.

Hay una frase tan antigua como las guerras que dice: “Ninguna negociación puede tener éxito si antes de empezarla las partes no renuncian a vencer”. Los docentes deben ser conscientes de esta máxima y afrontar con mucha madurez el diálogo. Pueden pedir reflexión, pero nunca genuflexión del que tienen al frente. Recuerden que lo más importante es que los millones de estudiantes de todo el país no pierdan su año escolar.

La intransigencia está de más. Hay que construir un espacio en el que los vínculos y los intercambios de ideas y propuestas sean útiles. Lo más importante es avanzar y solucionar los problemas.