El Poder Ejecutivo ha solicitado al Congreso de la Republica que le deleguen facultades para legislar entre otras materias, en reformas tributarias.
La recaudación tributaria de nuestro país es una de las bajas de América Latina con un 16% del PBI, muy por debajo del promedio que bordea el 22%, muy lejos de los países europeos y Estados Unidos que están muy por encima del 30%.
La evasión tributaria alcanza el 8% del PBI por la debilidad del estado, y la corrupción que permite nuestra legislación y la Constitución vigente.
Las reformas que se pretende hacer según el ministro de Economía, Pedro Francke, harían que se recaude un 1 a 1.5% del PBI, un objetivo bastante modesto, que de lograrse, significaría un buen inicio, para ir a una tributación más de acuerdo a nuestras necesidades.
El Estado necesita disponer de una mayor recaudación, para cumplir el objetivo de brindar servicios de calidad y sobre todo una educación y salud de calidad para todos, que nos acerque a una mayor igualdad de oportunidades.
Un Estado verdaderamente republicano debe hacer que la competencia y la libertad económica no terminen siendo el mecanismos para la exclusión y el incremento de la pobreza y la desigualdad, sino que debe procurar una sociedad viable para todos los humanos, lo que no implica que la economía sea hecha solo desde el Estado.
El Estado debe respetar los intereses individuales, pero hacerlo de tal manera que todos en la sociedad tengamos viabilidad e iguales oportunidades. Debe buscar la realización de todos sin ningún tipo de exclusiones. Ello requiere que nos sea usado para el abuso ni la corrupción.
El Congreso e la Republica debe darle la delegación de facultades en materia de reforma tributaria, para hacerla más justa, sin evasión ni corrupción. El país lo necesita para avanzar en la justicia social.