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Según los Centros de Emergencia Mujer (CEM) del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, entre enero y setiembre de este año se registraron 3 mil 125 violaciones sexuales a mujeres en todo el Perú. Otra cifra espeluznante es que el 70% de las víctimas son menores de edad.

En el ranking de casos, cinco regiones del centro del país se ubican entre los primeros siete puestos. Lima encabeza esta lista con 894 casos, seguida por Junín con 264 y Ayacucho con 183. Luego, viene Arequipa con 177, Huancavelica con 99, Huánuco con 65 y Pasco con 38. Definitivamente, esta es una realidad lamentable y a la vez un reto que las autoridades deben asumir. Es necesario combatir este flagelo sin demora.

Por lo pronto, este tema ya está en la agenda de los principales candidatos a las elecciones regionales del próximo año. Por ejemplo, César Combina, quien postula al gobierno regional de Junín, ha señalado lo siguiente: “Se debe invertir en salud mental porque solo así se erradicará realmente el problema de la violencia. Desde la escuela, se debe prevenir y tratar a quienes muestren signos de enfermedades psiquiátricas y mentales. Esto reducirá drásticamente a mediano plazo el bullying, la violencia doméstica y la violencia sexual”.

Si hablamos de salud mental, la situación es crítica no solo en el centro del país, sino también en todo el Perú. Según el Ministerio de Salud, una de cuatro personas necesita atención por algún tipo de trastorno mental; el problema radica en que solo tres de cada diez la reciben.

El Ministerio de Salud ha implementado 23 centros de salud comunitarios en algunas regiones del país (en el centro, solo en Huancavelica), pero eso no basta. Se necesitan 300 por lo menos.