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Los vándalos y violadores de este país están notificados de que pueden hacer lo que les dé la gana y nada les va a ocurrir, pues la semana pasada ha quedado demostrado que en el Perú el sistema judicial no sirve y que es urgente comenzar de cero para tener un Poder Judicial y un Ministerio Público que estén en condiciones de administrar justicia y actuar en defensa del ciudadano, en lugar de anteponer el papeleo, la desidia y la incapacidad.

El martes pasado, los peruanos fuimos testigos de cómo un grupo de vándalos incendió un patrullero en pleno Centro de Lima. Hubo filmaciones del acto criminal y varios detenidos, pero al final el Poder Judicial soltó a todos. Nadie fue procesado, para alegría de algunos opinólogos que salieron con alucinadas teorías que señalaban que el ataque al vehículo fue un montaje para desacreditar un reclamo callejero contra el Congreso de mayoría fujimorista.

Hay leyes para sancionar actos como el cometido en el corazón de la ciudad, pero para los jueces no pasó nada. Días después, vimos cómo una fiscal de nombre Karina Toledo Wong dejó libres a los confesos agresores sexuales de una terramoza, ante la indignación de los propios policías que detuvieron a los sujetos. La magistrada dijo que el delito no se cometió en su jurisdicción y que correspondía que la diligencia se haga en Nasca y no en Lima. De locos.

Y lo grave no solo ha sido la patética conducta de esta fiscal, sino también la actuación del Ministerio Público como institución, que por la mañana salió a respaldar a su magistrada, para en la noche anunciar que le estaban abriendo una investigación. ¡Total! ¿Primero la defienden y luego la procesan? Esto ha sido una vergüenza, pero como siempre seguramente saldrán con el rollo del “debido proceso”, sin tener en cuenta que estamos ante un delito grave como el de violación.

Así como está la justicia, no vamos a ninguna parte. Es un sistema que hace agua por todos lados, al extremo que no es capaz de actuar ni ante dos violadores que han confesado su delito en contra de una joven. El mensaje que la semana pasada han dado jueces y fiscales a los peruanos es: hagan lo que les dé la gana, quemen patrulleros ante los ojos de todos y violen a mujeres, ya que estamos en el Perú, donde a veces la justicia parece un verdadero remedo.