Los congresistas no tienen pausas por estos días. En medio de la instalación de la comisión “Lava Jato”, que investigará los sobornos de empresas brasileñas como Odebrecht, se ha lanzado la propuesta del retorno al sistema bicameral del Congreso, compuesto por Senado y Cámara de Diputados.

Algunos parlamentarios ya encontraron la fórmula para que esto no genere más costos y ruido político. El objetivo es tener un Senado conformado por pocas personas. “Una Cámara de Senadores pequeña”, dijo la presidenta del Congreso, Luz Salgado. “Se puede reducir el número de congresistas a 100 y crear 30 puestos más para el Senado”, comentó el legislador Jorge del Castillo. “Estamos de acuerdo con la bicameralidad, pero que no se aumente la cantidad de congresistas”, dicen otros. Es evidente que volver al pasado, cuando había 180 diputados y 60 senadores, es en estos momentos inviable.

Parece que hay un consenso en este tema, pese a algunas voces que apuntan a situaciones distintas dentro del fujimorismo. Por supuesto, estas se acomodarán a las circunstancias y decidirán como le convenga a Fuerza Popular. Por ello, todo hace suponer que se conseguirán los 87 votos para la reforma constitucional.

La mayoría coincide en que se necesita una cámara con representantes más reflexivos, distantes de los enfrentamientos y escándalos, que contribuyan a concretar mejores leyes. Esperamos que estos deseos se encuentren con la realidad y que la gente elija a personas probas y altamente capacitadas para esta tarea.

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