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La difusión de audios que registran conversaciones de jueces y miembros del Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) ha puesto en evidencia la manera en que han sido nombrados algunos jueces y fiscales de nuestro sistema judicial, por lo que sería indispensable revisar algunos nombramientos de magistrados a fin de descartar que hayan llegado a sus puestos de manera irregular.

En un país donde el sistema de justicia es una gran dificultad para luchar contra la delincuencia callejera y la corrupción, los peruanos tenemos derecho a estar seguros de que los jueces y fiscales son las personas más idóneas para defender a los ciudadanos de a pie. Con lo visto en los últimos días, queda claro que las cosas no se han estado manejando bien.

Habría que preguntarle, por ejemplo, a una persona que vive en Trujillo o Chimbote, si sus jueces y fiscales le dan garantía de idoneidad en la lucha contra la extorsión y el sicariato. La misma pregunta habría que formularle a una persona que se encuentra en Madre de Dios y ve cómo la minería ilegal destruye el ambiente con total impunidad. Se podría pensar que a sus magistrados los eligieron con preguntas relacionadas a la preparación del cebiche de pato o similares.

La crisis en el CNM bien podría ser aprovechada para mejorar la calidad de los jueces y fiscales que tenemos en muchos lugares del país, y que vemos que en muchas oportunidades tienen actuaciones que parecen favorecer más al delincuente que a la persona de bien. El escándalo de hoy debería llevar a que las cosas mejoren.