Ayer en este espacio me refería a esos inclasificables que en medio de esta crisis nunca antes vista, están dedicados a circular noticias falsas para alarmar a la gente que de por sí ya tiene bastante con la situación en que nos encontramos todos, en el intento por frenar el avance del coronavirus. Pero en ese fango denso y pestilente, hay incluso algunos que están más abajo, todos los cuales deberían ser detectados por la policía a fin de ser arrestados y procesados.

Me refiero a delincuentes que por estos días, a través de medios electrónicos como correos, mensajes de texto o Whatsapp, están tratando de sorprender a las personas más vulnerables que en los próximos días deberán recibir el bono extraordinario de 380 soles para afrontar los días que no puedan salir a trabajar a causa de la pandemia que en el Perú viene provocando, hasta la tarde de ayer, un fallecido y 234 afectados, siete de ellos actualmente con ventilación artificial.¿Puede haber algo peor que tratar de robarle a la gente más necesitada en medio de una crisis generalizada? Acá la policía de alta tecnología, a veces criticada, tiene un gran trabajo. Sería bueno conocer la identidad de estas personas que son capaces de una bajeza como esta. Lo mismo va para quienes bloquean con “bromas” y “payasadas” la línea de emergencia 113, exclusiva para afectados o sospechosos de tener coronavirus.

Ayer en su conferencia de prensa del día, el presidente Martín Vizcarra también se refirió a los vivazos que están en el exterior por diferentes motivos y que no tenían previsto regresar, pero que al enterarse de que en algún momento se fletará aviones para que regresen al país los cientos de peruanos que se han quedado varados en diferentes países, también se están apuntando como si fuera “damnificados”. Otro tipo de peruano para el olvido.

Esta crisis sin precedente en nuestra historia, necesita del compromiso de todos. No puede haber gente con la camiseta bien puesta, mientras otros tratan de robarles a los más pobres o quieren ocupar un asiento en un avión para quitárselo a quien realmente lo necesita porque se ha quedado botado en otro país sin dinero y sin nada. La vida de mucha gente está en juego. Es necesario asumir con responsabilidad el gran reto que tenemos como ciudadanos.