Ciudad Eterna -Urbs Aeterna- era como se conoció a Roma en la edad Antigua y fue acuñada por el poeta latino Albio Tibulo en su libro Elegías y fue el reflejo literario del esplendor que había alcanzado. Precisamente, fue el 21 de abril, como hoy, del 753 a.C. el día de su fundación. Fecha, entonces, emblemática para la región del Lacio y de la República Italiana. Los habitantes de Roma, cuyos orígenes, conforme reza la leyenda, lo fue en las figuras de los hermanos Rómulo y Remo en el monte Palatino (753 a.C.), el mismo lugar en que fueron amamantados por una loba cuando pequeños para ser librados de su tío abuelo Amulio, que había destronado a su hermano, el rey Numitor, y conminado a la hija de éste a un recinto como virgen. Amulio vio frustrado su objetivo pues Marte, el dios de la guerra, engendró en la hija de Numitor a los gemelos que, como ha pasado con otros episodios en la historia, por disputas se hicieron rivales, y Rómulo terminó matando a su hermano. Roma, con 3 millones de habitantes, vive orgullosa de su laureada historia. Fue el verdadero poder el mundo antiguo y no solo por las guerras de conquista que la convirtieron en el hegemón de esa época, sino porque cultivaron el derecho haciéndolo su legado a la humanidad con el célebre Justiniano y el denominado Corpus Iuris Civiles o Cuerpo del Derecho Civil. De hecho, todos los pueblos que se hallaban a su alrededor -visigodos, ostrogodos, hérulos, vándalos, hunos, etc.,-, eran llamados bárbaros, y desde sus entrañas surgió luego el poder de la Iglesia Católica. Mirando el contexto de la tragedia de la Covid-19 al dar la vuelta al segundo año de la pandemia, el coronavirus llegó a cobrar la vida de varios miles de italianos en la región del Lacio. Pero lo anterior no es la primera vez que ha sucedido pues otras epidemias asolaron Roma como fue el caso de la peste Antonina, que en el mayor momento de esplendor cultural del imperio o romanización del mundo, a mediados del siglo II d.C., llegaron a morir hasta 2000 personas en un solo día y cerca de 5 millones en los 30 años en que flageló al poderoso Estado de la época, cuya población hasta sus confines, se estimaba en 50 millones. Roma, en consecuencia, fue grande y aunque no por siempre como se creyó, su rol ha sido clave para comprender los desencadenamientos ulteriores de la historia universal.
Roma, la ciudad eterna por Miguel Ángel Rodríguez Mackay (OPINIÓN)
Columna de opinión | Internacionalista