En el empeño de constituirse como garantes de un futuro estable para los peruanos, la mayoría de gobernadores regionales (17 de 25) han propuesto adelantar las elecciones generales y terminar con la crisis política, social y económica en el país. Lo más importante es que más que acomodarse con el Gobierno de turno, dejan la sensación que esta realidad se puede cambiar.

Sin embargo, para que no sea una respuesta retórica y simplona a los problemas que aquejan al Perú, se necesita articular esfuerzos y concertar con otros sectores. La unidad debe ser pragmática, con acuerdos viables y concretos. Por supuesto, con resultados a corto plazo.

En ese tono, los Obispos del Perú están de acuerdo con dar paso a una transición política “que busque urgentemente una salida a la profunda crisis actual”.

Ojo que el Gobierno no está de brazos cruzados. En los últimos días hemos visto como sus operadores han llevado a asociaciones gremiales y de la sociedad civil, con el objetivo de bloquear la capacidad de actuar de la oposición. Este es el mecanismo que usa Pedro Castillo para lograr representación en estos momentos que la mayor parte de peruanos lo desaprueba.

Mientras tanto, el Congreso, una vez más, con sus repentinos giros y extraños cambios de rumbo, no le da prioridad al adelanto de elecciones generales. Se sabe que la congresista Dina Calle presentó un proyecto de ley para que “se vayan todos”, sin embargo, la Comisión de Constitución tiene otra agenda. El retorno a la bicameralidad, las mejoras del reglamento del Congreso, la eliminación del voto de confianza, entre otros, son los temas a tratar con suma importancia. Los legisladores no subordinan sus privilegios e intereses personales al bien común. ¿Será mucho que se dediquen a discernir entre lo que es bueno y malo para los peruanos en esta coyuntura política? Sería bueno que se pongan en el lugar del ciudadano de a pie que clama para que se termine esta incertidumbre política, que tiene como correlato una delicada situación económica que afecta los bolsillos de todos. Sería bueno que asuman que su único compromiso es con la gente que los puso allí. Sin embargo, esto es algo casi imposible en estos tiempos de buena onda con el poder, así insulten y maldigan al jefe de Estado.