Sin lugar a dudas, el hambre y la anemia son el desafío más grande que enfrentamos los peruanos en la actualidad. Así lo demuestra una reciente encuesta del IEP, donde 4 de cada 10 personas señalaron que no pudieron acceder a sus alimentos por falta de recursos en los últimos tres meses; situación que no sólo pone en evidencia una grave crisis alimentaria debido al incremento del precio de los alimentos y a la falta de ingresos de las familias; sino que además nos compromete a todos a hacer algo para que esta situación tan dolorosa termine de una vez.Esta difícil coyuntura, obviamente nos llama a la acción y a dejar de pertenecer a ese grupo de los “congelados” a los que bien se refería Basadre en “La Promesa de la Vida Peruana”, ensayo que escribió hace casi 80 años.Por ello, el sector pesquero desde el inicio de la pandemia viene contribuyendo con los comedores populares y ollas comunes de nuestras zonas de influencia a través del programa Armada de Hierro; habiendo contribuido con la alimentación de más de 91 mil personas de 870 ollas comunes y 220 comedores populares, entregando más de 30 mil kilos de pescado y 10 mil latas de conservas de pescado porque estamos seguros que para erradicar el hambre y la anemia en nuestro país todos tenemos la obligación de aportar.El hambre no espera, nuestro compromiso tampoco.
Salvando ollas, salvando vidas por Cayetana Aljovín (OPINIÓN)
Presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería