Sálvate Gastón, no atraques
Sálvate Gastón, no atraques

Cada vez que se comenta en redes la posibilidad de una candidatura de Gastón Acurio, siempre viene acompañado con el hashtag "#SalvanosGastón", que en buena cuenta resume el noble (en algunos casos y todo los contrario en otros) propósito de promover la alternativa presidencial de este emprendedor ilustre.

Coincido con quienes piensan que esto es un claro reflejo del hartazgo mayoritario sobre el "establishment" político, los casos de corrupción que atañen a casi la totalidad de movimientos y líderes y la ausencia de recambio; por lo cual, Acurio es expresión de un atractivo y esperado "nuevo menú" .

Lo cierto es que tenemos más de dos décadas apostando por "lo nuevo" y las opciones contrarias a lo que estimamos "lo político", pero los resultados siguen siendo deficitarios.

Quizá nos estamos equivocando de receta. Es decir, en pensar que la solución va por encontrar a una suerte de "mesías" o Pachacútec (no el de Cabana por cierto) que nos lleve a la tierra prometida. Pero siempre olvidamos que llegue quien llegue a la gestión gubernamental, si no cuenta con la experiencia o conocimiento (o si este es reducido) sobre el manejo del Estado y sus limitantes, poco o nada podrá hacer. Es como pensar que la clasificación peruana a un mundial de fútbol depende exclusivamente del entrenador.

Obliguemos a los profesionales de la política a reformarse (aunque sea a palos), pero dejemos que aquellos que vienen haciendo bien las cosas en su actividad (como Gastón, que dicho sea de paso, es expresión de orgullo y éxito de "lo peruano en el mundo") continúen en lo suyo. ¿Por qué afectarles la vida? Así que, con todo cariño estimado Gastón, sálvate, no atraques.

¡Feliz Navidad!