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El reo Antauro Humala Tasso, condenado a 19 años de cárcel por el llamado "Andahuaylazo”, que costó la vida a cuatro efectivos de la Policía Nacional, ha sido trasladado al penal Ancón II luego de que el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) decidiera cerrar el reclusorio Virgen de la Merced de Chorrillos, que fue creado por el presidente Ollanta Humala Tasso durante su gestión para albergar a su hermano.

De esta forma se pone fin a esa insólita situación que se daba desde el 2012, en que un interno por gravísimos delitos actuaba con mucha libertad dentro de ese centro de reclusión construido en una instalación militar bajo el argumento de que así se protegía la integridad del recluso y de su familia.

Es de esperarse que de ahora en adelante el Inpe sea más celoso con las visitas que reciba el recluso Humala Tasso, quien en la práctica había convertido su cómodo reclusorio de Chorrillos en su local de campaña electoral, quizá creyendo que podría ser congresista en el 2020 o presidente en el 2021, cuando en realidad le faltan cinco años para cumplir su condena.

Acá nadie puede tener corona ni penal propio, por más que su hermano haya sido presidente. Hoy Antauro Humala está en un penal común y tendrá que pensarlo dos veces antes de insistir con sus "actividades proselitistas” desde la cárcel. Ojalá que esto ayude también a que en adelante veamos a este personaje como un condenado antes que como una potencial autoridad política elegida por el pueblo.