Una de las preocupaciones más grandes que actualmente vivimos es la crisis económica por la que atravesamos debido a la pandemia y que hace peligrar todo lo avanzando en los últimos 27 años gracias al modelo económico y el esfuerzo de todos.

Para salir de esta crisis no solo es necesario que se ejecute el plan de reactivación impulsado adecuadamente por el BCR y el MEF sino que además existan las condiciones para que este sea viable. Así, es urgente implementar un shock de confianza y un shock de inversiones, siendo el primero un requisito sine quanon del segundo, toda vez que resulta evidente que la inversión privada no se activará si no existe certeza que las reglas de juego se mantendrán. Y es que todo empresario solo le pide a sus instituciones que le asegure estabilidad, predictibilidad y seguridad jurídica.

El sector pesquero no es ajeno a ello. Para impulsar nuevas inversiones de largo plazo que nos sigan poniendo a la vanguardia del cuidado ambiental y de los avances tecnológicos en aras de la sostenibilidad, no requerimos subsidios ni regalos. Solo necesitamos estabilidad y confianza.

Asimismo, requerimos tener la certeza que se eliminarán los sobrecostos que afectan la competitividad de nuestra industria; se remplazarán los trámites burocráticos por plataformas digitales; se formalizarán los espacios de diálogo como la mesa pesquera; y se impulsará la industria atunera nacional que ya no es solo una oportunidad sino una obligación moral, sobre todo con el norte del país.

En suma, lo que necesitamos es seguridad para invertir y confianza en el binomio Empresa – Estado. Arranquemos ya.

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