Cuando se trata de medir monetariamente la labor de un funcionario, es decir, lo que debe percibir por sus horas de trabajo y producción, considero que la cantidad de sueldo que reciba el profesional debe estar a la par del logro de sus metas. En el sector público debe pasar lo mismo. Sin embargo, el presidente regional César Acuña se ha encaprichado en subirles el sueldo a sus gerentes -dice que no a todos- cuando estos aún no han demostrado su valor. ¿Me dejo entender?
Los periodistas nos escandalizamos cuando un funcionario estatal parece tener un sueldo generoso. Lo hacemos porque la función pública no parece caminar como una empresa privada -donde sí hay remuneraciones ostentosas- y consideramos que por sus logros debieran ganar a lo mucho una UIT (3,850 soles).
No obstante, yo sí estoy de acuerdo en que los sueldos se incrementen en el aparato público, pero que sea de acuerdo a la producción y a las responsabilidades. Y esto no ocurre en esta situación del Gobierno Regional de La Libertad, donde muchos de los nuevos gerentes provienen de la municipalidad de Trujillo y ganaban mucho menos.
Entonces, no creo conveniente que el presidente regional tome en consideración el trayecto edil de estos funcionarios para incrementarles el sueldo. Ojo, algunos de ellos han sido regidores provinciales y otros alcaldes distritales de poco éxito, funciones que tampoco aseguran una excelente labor en un campo desconocido para ellos.
A ver, para ser más práctico, el dinero motiva a cualquiera en una cuestión laboral, pero tampoco es que te hace más inteligente. Además, si es como ha dicho el propio César Acuña, que no todos van a ganar más, ¿quién evalúa el trabajo de un ejecutivo regional?, ¿hay gerencias más importantes que otras?
En mi opinión, subirle el sueldo a un funcionario público que aún no ha demostrado su capacidad, es demasiado premio. Señor Acuña, espere un poco, que la gestión empiece a caminar, no les ponga el camino tan fácil.