Los violentos ataques recíprocos del Hamas, que controla la Franja de Gaza, y del Estado de Israel, esta vez teniendo como asunto de fondo el sensible y recurrente tema de Jerusalén, pone al descubierto la necesidad de abordar el statu quo de esta histórica ciudad que sigue siendo objeto de disputas, también recíprocas, entre Palestina e Israel.
Lo único que consiguen con sus reacciones de combate es un mayor deterioro de una relación muy dañada dada la ausencia de interlocutores válidos donde el Cuarteto de Madrid (EE.UU. Rusia, Unión Europea y la ONU), francamente no han hecho nada en los últimos tiempos para abordar este complejo asunto.
El reporte de relevancia histórica de Jerusalén debería, a mi juicio, enmarcarse, en un enfoque integrador que en su momento el papa Francisco refirió considerándolo “Patrimonio común de las tres religiones monoteístas”, es decir, del Judaísmo, del Cristianismo y del Islamismo, que la asumen como una ciudad trascendente dado que allí se han constituido episodios dogmáticos, baluarte como epicentro de la fe de estas tres respetadas religiones.
En efecto, por la Cúpula de la Roca se encuentra la Explanada de las Mezquitas que según el credo musulmán, Mahoma que llegó a Jerusalén, de allí oró por los profetas y tras su muerte, desde su cimiento subió al cielo en un caballo alado. Para el judaísmo se encuentra la roca que sus fieles creen es el origen pues Dios esculpió todo el universo a partir de ella. Según la tradición judía en este sitio se encuentran los restos o al menos el cráneo de Adán, el primer hombre.
De hecho, el respetadísimo Muro de los Lamentos es su lugar sagrado. Antiguamente era la muralla de Jerusalén, sin embargo, cuando los musulmanes invadieron la ciudad, este quedó destruido, siendo sus restos un sitio muy especial para su culto. Para la tradición cristiana, en Jerusalén se encuentra el sitio llamado Calvario, donde Jesús fue crucificado, siendo un lugar de gran veneración pues desde allí Cristo resucitó según el dogma católico, tres días después de su muerte en la cruz, levantándose en ese lugar, la Iglesia del Santo Sepulcro.
Mirar con sensatez Jerusalén debería suponer elevación para que israelíes y palestinos no insistan en una idea absoluta de pertenencia y negocien como lo viene pidiendo la ONU.