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Hoy en toda la República se conmemora el Día del Maestro. Alumnos, padres de familia y autoridades expresan su reconocimiento al profesorado como factor clave en la formación de las generaciones de ayer, hoy y siempre.

El ejercicio de la labor magisterial constituye una función mediadora muy compleja entre el currículo y los estudiantes en sus respectivos entornos. Para el efecto, los profesores tienen que estudiar cinco años en el instituto pedagógico o en la facultad de Educación de una universidad. Implica llevar asignaturas con saberes referentes a educación y pedagogía, procesos científico-sociales y psicológicos, cultura general y a su especialidad, según modalidades, niveles y áreas curriculares.

Es más, tienen que actualizarse continuamente para poder responder a los requerimientos de la sociedad de la información y la comunicación. Por eso es que llama la atención que algunas voces consideren que para el desempeño profesional de la docencia en los colegios basta con tener estudios universitarios y una capacitación específica. Es como si para ejercer la contabilidad, la abogacía, la medicina, las ingenierías, la economía, etc. fuera suficiente que cualquier profesional llevara uno o dos cursos de habilitación.

Ser maestro es una tarea especializada con sustento académico que se desarrolla con compromiso ciudadano y ético. Ser maestro trae consigo una gran responsabilidad para impactar positivamente, mediante vínculos significativos y confiables, en sus pupilos. Ser maestro es encarnar en el quehacer pedagógico cotidiano todo aquello que aspira a que sus educandos aprendan. Feliz día, colega maestro/maestra.