El manejo de la pesquería peruana de anchoveta se ha convertido en un modelo en el mundo, tal como lo ha señalado la FAO, entre otras organizaciones internacionales. Ello, no ha sido producto del azar, sino el resultado de años de trabajo de todos los actores del sector pesquero: autoridades, científicos, empresarios y trabajadores para resolver los enormes desafíos que tenía la pesca industrial en su tránsito hacia la sostenibilidad.
Así, una de las normas que ordenó la pesquería de anchoveta fue la Ley de Cuotas, que al establecer cuotas por embarcación eliminó la nefasta carrera olímpica, e impulsó medidas precautorias en pro de la sostenibilidad, como la que determina que se puede pescar hasta el 35% de la biomasa por temporada, dejando como mínimo el 65% para fines de reproducción.
En esa misma línea, desde el año 2016, existe una norma que, por ignorancia o intereses ocultos, algunos quieren derogar o modificar para volverla inaplicable. Se trata del DS 024-2016-PRODUCE, cuyo propósito es conservar el recurso juvenil obligando a las embarcaciones a reportarlo de manera inmediata, permitiendo así no solo el cierre oportuno de zonas con mayor incidencia de juveniles sino que elimina cualquier incentivo a la mala práctica del descarte (echar el recurso al mar) que tanto daño causó a nuestro ecosistema marino.
Todo ello ha permitido que en la actualidad la biomasa de anchoveta esté absolutamente saludable con casi 10 millones TM, lo cual asegura el éxito de la próxima temporada de pesca, siempre que se abra a tiempo. Las demoras innecesarias perjudican su normal desenvolvimiento debido a que cuanto más tarde inicia, el clima es un factor que siempre juega en contra. En momentos en que el Perú atraviesa por una situación económica tan complicada, no nos podemos dar el lujo de perder el tiempo.
Pd: El sector pesquero está de luto. Esta semana partió Boris de la Piedra, empresario peruano que dedicó parte de su vida al desarrollo de la industria pesquera y acuícola. Gracias por todo querido Boris y hasta siempre.