“Quiero decirle a las autoridades peruanas que hay muchas cosas que deben cambiar en Juliaca. No hay resonancia magnética y se debe viajar tres horas hasta Arequipa. Han pasado cinco gobiernos corruptos y nada”, dijo el técnico Roberto Mosquera, luego de la muerte del futbolista Juan Pablo Vergara, quien se accidentó en la carretera de Puno a Juliaca y no tuvo la asistencia médica necesaria.

Hace poco un accidente de proporciones ocurrió en Yauca, Arequipa, y produjo la muerte de 16 personas. Más allá de las responsabilidades del chofer del bus de Cruz del Sur, quien aparentemente conducía el vehículo con exceso de velocidad, es realmente indignante no contar en el lugar de los hechos con servicios médicos para asistir a los heridos graves y salvar vidas. El puesto de Salud de Yauca cuenta con un puesto de Salud y tiene capacidad para atender solo a 10 pacientes. Por ello, algunas personas en mal estado tuvieron que ser atendidas en el suelo, en plena calle.

Adicionalmente, en el distrito cercano de Chala hay un hospital que no funciona. “Además tenemos dos ambulancias grandes que no pueden utilizarse y hubieran podido salvar vidas”, dijo el alcalde Miguel Cárcamo. Por eso algunos murieron camino a Nasca.

Esta tragedia causó impacto en todo el país y puso nuevamente sobre el tapete la penosa situación del sistema de salud en zonas remotas de nuestro país. La sensación de la gente es que nuestras autoridades, en todos los niveles, no muestran firmeza para ejecutar soluciones en favor de las mayorías. Hay un desconocimiento de los problemas y es evidente una incapacidad absoluta para velar por los servicios de salud.