Se ha emitido el DS 014-2021-Minedu que declara en emergencia el sistema educativo a nivel Nacional, durante el segundo semestre del 2021 y el primer semestre del 2022.Varias de sus disposiciones son válidas, pero solo en un año son difíciles de alcanzar. Me parece que hay asuntos que pudieron tener más precisión y tiempo. Lo cual no implica que el resto no sea importante

Hay un tema en el que venimos insistiendo y que requería creo un solo instrumento legal. Me refiero a la declaratoria de emergencia de la Infraestructura Educativa por 5 años y a la decisión de reorganizar urgentemente el Programa Nacional de Infraestructura Educativa (PRONIED), cuya ineficacia es sorprendente y crónica. Hay locales escolares que tienen en proceso de gestión de muchos años y cuya reconstrucción o construcción aún no se concluye. Claro está que en este rubro es super urgente el mantenimiento preventivo, dotar de agua segura y garantizar las condiciones de bioseguridad (con kits de higiene) para que los alumnos regresen a la educación presencial lo antes posible, a más tardar en marzo del 2022, sin dejar de seguir avanzando con clases semipresenciales-que están caminando bien - en el ámbito rural.

Por otro lado, me parece que en el eje 2, con el refrendo del ministro de Salud, en lo referente a desarrollo profesional docente, se pudo precisar la vacunación de todos los maestros, pero también de los no docentes del sistema educativo. Y si es posible de la población -como en otros países- para llegar hasta las personas de 12 años.

Me parece bien el eje de la innovación tecnológica, pues se están sentando las bases para que las clases sean híbridas y en las que prime un modelo pedagógico interactivo y creativo usando recursos virtuales.

Hago votos para que el ministro Cadillo priorice y precise lo que es urgente a fin de que los estudiantes vuelvan a sus clases presenciales, favoreciendo mejores aprendizajes y su bienestar físico y socio-emocional.

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