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El último reportaje de Panorama sobre las obras de descolmatación del río Piura, dentro del proceso de la llamada Reconstrucción con Cambios, no ha hecho más que volver a desnudar una farsa donde los únicos que dicen creérsela son los funcionarios involucrados. Solo de la boca para afuera, porque la verdad es que ni ellos se la creen. La puesta en escena consiste en colocar cientos de máquinas a lo largo del río Piura que mueven tierrita de aquí para allá, de allá para acá. Como niños jugando en la playa, con palas y baldecitos, a la espera de que suba la marea y el agua se encargue de volver a poner la tierrita donde le dé la gana. Toda escenificación es necesaria para justificar los 346 millones de soles asignados al ítem descolmatación.

La desproporción del derroche se entiende cuando se ve que esta tarea es solo una más de lo que hay que hacer con el río, y es la menos importante. Eso sí, es la más fácil, tanto así que, mañosamente, no la presentaron como “obra” sino como “servicio” para saltarse la obligatoriedad de la supervisión. El reportaje deja constancia del nivel de improvisación, incoherencias y contradicciones de los funcionarios cuando intentan defender lo que están haciendo frente a los cuestionamientos que, desde el inicio, hace varios meses, la Mesa Técnica (CIP, Udep y UNP) se plantearon sobre la descolmatación. Este grupo profesional, la Cámara de Comercio y la opinión pública son los únicos que han fijado posición frente a un descarado despilfarro, que impide pensar en buenas intenciones. El Gobierno Regional y la Municipalidad de Piura más parecen formar parte de la comitiva oficial de las visitas ministeriales y de quienes avalan la descolmatación. Lo mismo ocurre con la representación parlamentaria piurana, excepto la presencia aislada del congresista Hernán Cevallos. Aquí, el único que la tiene clara es el Ing. Alberto Jo, director ejecutivo de Agrorural: “Son pesetas”, dijo para quitarle importancia a los que hacen tanto barullo con este asunto.